Perplejo. Así me siento hoy. Perplejo.
Pensé que vivía en un país democrático. Ya tenía mis sospechas al respecto, pero aún así.
He venido votando bajo el convencimiento de que servía para algo. Me sentía útil para los demás al explicitar mi idea y apoyarla con toda tranquilidad y normalidad.
Esta vez se me han pasado. Pasado por mucho, porque la situación ya es reiterada. Ya ha ocurrido otra vez.
Esta vez la diferencia la marco yo. Yo como ciudadano. Semejante sentencia no solamente no la respeto, sino que tampoco la acato. Me obligarán con alguaciles, pero seguiré sin acatar. Yo respeto a jueces, no a quienes pertenecen simplemente a la judicatura. Por supuesto que no soy juez, y por lo tanto un ignorante en semejantes temas. Pero pago para tener jueces, voto para tener un sistema político que respete los diferentes poderes democráticos que por naturaleza han de ser independientes. No persigo la idea de que si el fallo no favorece mi tesis no es válido. Decirme eso sería una simpleza, por otra parte muy propia de los majaderos que dicen gobernar y que nos creen a los demás un rebaño de idiotas. Digo que hay cosas que no son de una idea política concreta, sino de sentido común. Los jueces del TC se deben a quienes les han garantizado el pesebre, y para esa cadena de mando los demás súbditos de la aldea no cuentan.
Se aplaude la muerte de Bin Laden, y se coloca a nuestros terroristas. Se usan las fuerzas de Seguridad como el coche oficial, para ir a recoger a los niños, pero no se les respeta su trabajo. Se intervienen y expropian empresas privadas en función de la alarma social que provoca su situación, pero se deja circular a terroristas, siempre que tengan objetivos fuera de mi barrio. Se persigue al pequeño empresario porque tiene música en su local, fuma en su local; se le embarga porque no pudo pagar este mes la cuota de autónomos, pero se entrega a fondo perdido lo que haga falta a la banca, y se dan subvenciones al primer listo que haga un estudio para cultivar tomates en el Polo Norte. No es demagogia. Es lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo. Y así hasta el infinito. Chapuzas por todos lados.
No me digan que soy de extrema, o lo de facha, etc. etc. … entre otras razones, porque no me importa y porque los que pueden decírmelo no tienen ni idea de lo que significa una extrema y son ignorantes de lo que es un facha, fascio, fascista o cosa parecida.
¿Pero cómo me puede representar un ministro como Pepiño?, ¿Pajin?. Por favor; tengo mucho respeto a los chicos que están para hacer fotocopias y llevar bocadillos y café. Se lo curran.
Volviendo al TC y sus “bildadas”. Además de la alarma social que causan, seguramente tendrán razones legalistas, que no legales, pero, ¿donde queda la interpretación de lo que es justo, moral, ético?.
Hay que hacer algo. Ya no vale el meter la papeleta únicamente. Con un simple acuerdo que proteja sus alforjas, nos tomarán el pelo y se sentará en el sillón el que fue menos votado.
Hace poco oí, (que no escuhé, porque escuchar pa ná, pa qué) al aprendiz de Maquiavelo, decir en el Congreso que es bueno viajar al extranjero para aprender. ¡Tiene razón¡.